Una machine virtual o máquina virtual (VM) es un contenedor de software estrechamente aislado que puede ejecutar sistemas operativos y aplicaciones como si fuera un ordenador físico. Aunque no se necesita ningún hardware para que una máquina virtual funcione, sigue conteniendo una CPU, un disco duro RAM y una tarjeta de interfaz de red (NIC), al igual que un ordenador físico.
Las máquinas virtuales permiten a las empresas ejecutar sistemas operativos que se comportan como un ordenador completamente independiente, ya sea en una ventana de aplicación o en un escritorio. Los usos más comunes de las VMs incluyen la ejecución de software que requiere un sistema operativo diferente, o bien, para probar aplicaciones en un entorno seguro.
¿Cómo funciona una máquina virtual?
Una máquina virtual incluye un sistema operativo y una aplicación con una descripción de los recursos informáticos necesarios para ejecutarla, como la CPU, la memoria, el almacenamiento y la red. Cuando esta máquina virtual se despliega en un ordenador anfitrión, un software llamado hipervisor lee la descripción y proporciona los recursos informáticos solicitados.
Varias máquinas virtuales, incluso con sistemas operativos diferentes, pueden ejecutarse de forma simultánea e independiente en el mismo ordenador anfitrión.
Los sistemas basados en máquinas virtuales están diseñados para mejorar la eficiencia de un host. El análisis granular de los recursos del sistema proporciona una visibilidad detallada de los sistemas. Estos sistemas también proporcionan información aplicación por aplicación sobre los costes, el rendimiento de las aplicaciones, el uso de los recursos y los procesos de desarrollo.
Cómo las máquinas virtuales benefician a las organizaciones
Las organizaciones con fuerzas de trabajo distribuidas recurren cada vez más a las máquinas virtuales para resolver los desafíos que presentan las operaciones remotas. Las máquinas virtuales conceden a los usuarios finales acceso a las mismas aplicaciones, interfaz de usuario y configuraciones, tal como si estuvieran utilizando un ordenador físico.
Y, como las máquinas virtuales son independientes entre sí, también son extremadamente portátiles. Se puede trasladar una VM de un hipervisor a otro hipervisor en una máquina completamente diferente de forma casi instantánea. Así que suele ser una gran herramienta para los trabajadores remotos. Además, ofrecen otras ventajas, entre ellas:
1. Personalización:
Cada departamento de tu organización puede establecer y configurar su máquina virtual como quiera. Los escritorios virtuales se pueden personalizar con las aplicaciones y la potencia de cálculo que necesita un trabajador concreto.
2. Ahorro de costos:
Las máquinas virtuales sustituyen el hardware tradicional por entornos, infraestructura y almacenamiento virtuales, por lo que eliminan los costos iniciales de un hardware.
3. Menor tiempo de inactividad:
Las máquinas virtuales son tan portátiles y fáciles de trasladar, lo que significa que pueden ser una gran solución para las copias de seguridad, en el caso de que el host se caiga inesperadamente.
4. Escalabilidad:
Esta ventaja permite escalar más fácilmente cada aplicación añadiendo más servidores físicos o virtuales para distribuir la carga de trabajo entre varias máquinas virtuales. Como resultado, aumentará la disponibilidad y el rendimiento de tus aplicaciones.
5. Movilidad en el lugar de trabajo:
Las máquinas virtuales configuran entornos virtuales que posibilita a los empleados acceder a su escritorio virtual personalizado y a sus aplicaciones desde cualquier lugar y en cualquier momento. El aumento de la fuerza de trabajo es totalmente beneficioso, ya que los trabajadores seguirán siendo productivos sin importar en dónde se encuentren.
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